La Navarra de Judas

Texto publicado en Diario de Navarra (16-09-2019)
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Fte.: Navarra.com

Quien conoce mínimamente la historia de UPN recordará las palabras de uno de sus principales fundadores, Jesús Aizpún, declarando en el 79 su lema fundacional: “Por muchos esfuerzos que se hagan, la óptica de Madrid no es la misma que de Navarra [...], nosotros queremos que los problemas se resuelvan con la de Navarra”. Por entonces, ex-discípulos navarros de Adolfo Suárez discrepaban en torno a la aprobación de la Transitoria IVª, que los llevó de la escisión de la UCD a la Unión del Pueblo Navarro. Así, y ya en la época de Zapatero, Sanz sermoneaba incansablemente que Navarra no había de usarse “como moneda de cambio” en clara alusión a las intenciones “anatemas” del abertzalismo.

Pues bien: es hoy que la UPN, maridada con PP y Ciudadanos, habla por boca de este último de “devolver Navarra al constitucionalismo” y de condicionar así una “GroKo” a la española para investir a Pedro Sánchez con la abstención de las derechas. O lo que es lo mismo: forzar al PSOE a disolver el actual Gobierno de Navarra –¿no es constitucional(ista)?– y dárselo, cual cabeza del Bautista, a Navarra Suma… ¡Navarra, por unas monedas de plata!

Tal vez aquel gran autonomista que era Aizpún hubiese visto con buenos ojos este trato, ya que lo que movió en mayor o menor medida la creación de UPN fue una entroncada fobia, más o menos justificada, al mesianismo abertzale. Ahora bien: si los “mandamientos” de UPN eran ciertos, no lo es menos que el trato propuesto de Cs (y PP) es un beso de Judas a Navarra, que la detiene como sujeto autónomo y entorpece su gobierno a los ojos de óptica de Madrid.

Por otra parte, volver tildar al ejecutivo de Chivite de “no constitucionalista” es pecado grave: no se puede excomulgar del constitucionalismo a todo lo que no es derecha. O incluir en él a quien, so pretexto de combatir la “herejía nacionalista”, juega con la inmutabilidad del régimen foral/moral navarro. Pues he aquí que la supeditación a Sánchez no viene de boca de Esparza, sino de Rivera, el mismo que goza de representación local como regalo de Na+, y que se permite hablar en nombre de una comunidad a quien echaba del consenso constitucional hasta hace poco, solo por vestirse de un régimen que no le gustaba, y que tampoco gusta a notorios dirigentes ‘populares’.

Las derechas están haciendo aquí demagogia con Navarra, y entorpeciendo la estabilidad de un gobierno que es tan legítimo como legal, pues de no serlo, sus componentes deberían estarían ya presos por saltarse la Ley. Basta ya, por favor, de tanto frentismo.

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