Comida con directores de cine

El pasado viernes, y atendiendo a la invitación que me hicieron desde el foro bilbaíno Euskalduna, tuve la oportunidad de compartir una comida en el palacio homónimo con la directora de cine Sonia Pacios y su marido Kepa Sojo, ambos productores de la película La pequeña Suiza, estrenada este año por Kuttuna Filmak en coproducción con Portugal y bajo el invalorable aporte de TVE.

La película, de la que solo se habló al final, versa en torno a las peripecias de los habitantes de un imaginario pueblo castellano enclavado en el centro del País Vasco, Tellería (algo parecido al enclave burgalés de Treviño o el Valle de Villaverde de Cantabria). Tellería desea, tras 700 años de historia, pasar a ser parte del territorio vasco (como Treviño o Villaverde). Tras la negativa del gobierno, un curioso hallazgo en el santuario del pueblo originará que sus osados habitantes pidan su anexión, nada menos que a uno de los países más ricos del mundo: Suiza. No se nota casi nada que tanto Sojo como Pacios son vascos, y esa mirada ombligocentrista, tan exagerada y a la vez real, es piedra de toque de su comedia, como en momento hicieron los de Vaya Semanita con Terol. Tampoco cabe duda del paralelismo del filme con Bienvenido Míster Marshall de Berlanga, director preferido de Kepa, como él mismo confesó.

A la comida asistieron personas del mundo académico de la Universidad del País Vasco (UPV), de las que yo era el único de comunicación audiovisual y publicidad; el resto lo eran de Historia Contemporánea, en tanto que Sojo es también doctor en Hª del cine por la UPV. También pude ver a algún productor amigo y otros fans de las comidas del Foro Euskalduna que independientemente del oficio asisten a todas sus jornadas.

Después del aperitivo, nadie quedó sin preguntarles por su trabajo, ya que a todo el mundo, quien más quien menos, le gusta el cine. Así, lo más importante de este negocio en Europa es que son imprescindibles las ayudas públicas para su subsistencia (aunque recientemente algún político ex-vecino de Kepa haya hecho pública su intención de liquidarlas a cambio de más producciones sobre celebridades españolas, que por lo visto harían rebosar nuestras salas de cine).

Aunque me faltó tiempo para preguntarles más sobre ellas, como son el Zinegoak de Euskadi o el Eurimages de Bruselas, explicaron la ventaja del (cierto) proteccionismo europeo con el arte, así como el impulso del cine en euskera, con películas como Handia o Loreak que se han producido íntegramente en nuestra lengua. Finalmente hablamos sobre la eterna disyuntiva del cine como arte, sobre si era o no lícito venderse a las masas a cambio de dinero, a lo que tanto Sonia como Kepa asintieron que si no se tiene en cuenta al público no se vive. Tal vez como con todo, aunque siempre queda la posibilidad del cine de autor una vez llega uno al estrellazo (si las subvenciones lo permiten).

Con todo, un mediodía agradable con grandes creadores a los que no suele haber oportunidad de tener cerca de normal. Eché de menos algún alumno de audiovisuales o joven emprendedor(a), que tal vez no se arrimaron por lo caro del menú, donde no hubo subvención alguna...

Fte.: José E. Juez

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