Ahora, nacionalismo español: "Lo importante no es la estabilidad institucional sino buscar un enemigo a quien apalear"

Texto publicado en El Periódico de Catalunya (22-VII-19)
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Fte.: David Castro

El borrador del pretendido pacto a tres en la Comunidad de Madrid se parece mucho a la referencia que publiqué en este diario sobre los presupuestos de Andalucía; parece como si de pronto naciese en España una nueva manera de confeccionar hojas de ruta, donde lo importante no es la estabilidad institucional a cuatro años – prolongables a tantos más –, sino solamente buscar un enemigo a quien apalear por ese tiempo. En Cataluña ya se ha vivido ese escenario con el procés, donde “la mala” era España, y el preferido para cualquier acuerdo era quien propusiera más planes para la secesión. Ahora esta dinámica se trunca poco a poco por la necesidad de poner en marcha la estabilidad ciudadana, pues nadie puede vivir en un enfrentamiento permanente, dando lugar a pactos tan satisfactorios como el de JxCat y PSC en la Diputación de Barcelona. O a la consecución de la alcaldía de Figueras por ERC de la mano de no independentistas. Pero ahora le toca al otro bando.

A mi modo de ver, uno de los grandes errores del procés ha sido desear cambiar el Estado violentando el Estatut contra él, haciéndolo desbordar y poniendo al primero en jaque. Ya era una técnica que se utilizó con Zapatero, y fracasó. Ahora, ante la imposibilidad del Estado de resolver el problema catalán, el nacionalismo español va a hacer otro tanto con los estatutos de las comunidades donde toca poder, violentándolas contra Cataluña. Como ya dije sobre Andalucía y su ridícula cruzada contra la inmersión lingüística, la tricefalia de derechas repite en Madrid y Murcia, y la ahora posible presidenta regional Isabel Díaz Ayuso intenta atraer a Vox rociando su programa con el veneno del 155, en un borrador en el que se exigirá, desde la Asamblea de Madrid, volver a aplicarlo en el Principado, cosa que también entusiasma a Ciudadanos.

Para colmo, la hoja de ruta del PP y Cs en dicha autonomía insinúa negar la sanidad universal a los inmigrantes ilegales, cosa que también atrae a los extremistas pero contradice el derecho constitucional a la sanidad universal, a lo que hay que sumar que de aplicarse, habrá enfermos en nuestras calles con riesgo de contagio. En definitiva: se están desbordando las competencias establecidas en los estatutos; se proyectan sobre ellos pretensiones que solo dependen del Estado, se plantean injerencias de unas regiones en otras, y sobre todo, se rezuma odio para sustentar gobiernos extremistas con programas alegales. Si no cuaja pronto un gobierno moderado y estable en España, se va a generar una inestabilidad interregional aún mayor de la que se le achaca el procés, y esta vez con el nacionalismo español de protagonista. Ahora le toca a él.

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