Vive la beauté !

Hace poco más de dos meses la Alianza Francesa de Vitoria, junto con otras AF de Oviedo y Madrid, convocaron un concurso de traducción castellana de poesías en francés sobre la belleza. Las ganadoras han sido, en categoría de adultos, Aurora Cuadrado, y en la infantil/juvenil Celia Ansorena.

No he tenido la suerte de leer su trabajo, aunque adelanto que el défi consistía, en la 1ª categoría, en traducir el poema de Pierre Bettencourt L’intouchable, y en la 2ª la canción de Bárbara Chapeau bas. Yo personalmente me inscribí para "luchar" contra Bettencourt, y aunque Aurora ha tenido mejor suerte, el rato que pasé experimentando que gustó tanto que me permito mostraros mi traducción aquí, la que apañé con algunos retoques para lograr cierta musicalidad para la versión castellana. Lo dicho: vive la beauté !

Le temps a vite fait de délaver une âme, lui jetant à pleins seaux les parents, les femmes, les amis. Trop de rencontres, trop de sentiments à peine ébauchés, trop de passions recopiées d'une année sur l'autre, vous laissent bientôt le coeur frigide, incapable d'élan, souriant de la vie qui se cabre encore en vous au-dessus des précipices. 

Il me suffit de revoir ton regard, toujours de la même qualité et de la même pureté, pour me sentir fouetté par lui, pour rejeter comme des housses tous les états d'âme dont j'ai pu me couvrir depuis notre dernière rencontre, et vouloir m'exposer à toi dans toute ma beauté. Mais qu'est-elle devenue? Car j'aurai voulu être merveilleux pour te plaire, et tu es passée, et depuis je n'ai jamais cherché à savoir qui j'étais.
El tiempo lavó rápido un alma, lanzándole a manos llenas familia, amor, amistad. Cientos de encuentros, de ásperos sentimientos, de pasiones copiadas año a año, dejando pronto el corazón helado, inmóvil, sonriendo a una vida que aún levanta sobre abismos.

A mí me basta mirar tu mirada, siempre igual de cálida y pura, para sentirme golpeado por ella, para ponerme a resguardo de aquellos estados del alma que pude cubrir desde nuestro último encuentro, y desear a ti exponerme con toda mi belleza. Mas, ¿qué fue de aquéllo? Pues yo hubiera querido ser bello para complacerte, y tú pasaste, y desde entonces, no acerté a saber quién era.

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