Relish: los cerdos y la descocada

He podido ver en el escaparate de una tienda de la marca italiana de ropa femenina Relish una gráfica publicitaria que me ha disgustado. Una mujer con un vestido corto de dicha marca es rodeada cual objeto sexual por hombres atléticos y de etnia tanto negra como blanca, que llevan sobre sus cabezas máscaras de cerdo. Deleznable desde el punto de vista tanto masculino como femenino.


Del lado femenino, el ya tan explotado recurso de la mujer objeto que se deja tocar y manipular por hombres es muy antiguo y criticado. La mujer mira al comprador, pero no mira a los hombres, y se deja caer en sus manos como un pelele, en señal de dejarse hacer con ella lo que ellos deseen.

Del lado masculino, la identificación del interés sexual del hombre con un cerdo es hembrista. Ella se viste de Relish para atraer hombres y dejarse caer en sus manos, pero ellos, que responden a la llamada, son cerdos. En conclusión, ella es corta de miras porque se deja manosear por cerdos sin pudor, y ellos son cerdos porque acceden a tocarla sexualmente sin más criterio que el placer físico. Con todo, un insulto sexista. ¿Qué pretendían, hacernos reír de nuestros estereotipos? ¿O dejar claro el mensaje de que "si te vistes así de buena tendrás un montón de porcinos a tus pies, que, sabemos, es lo que te gusta?

El derecho de la publicidad denuncia este tipo de prácticas, sobre todo volcadas negativamente sobre la mujer. De todos modos, no es la primera vez que la marca italiana se mete en problemas.

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