NA+, entre medios y pactos

Texto publicado en Diario de Navarra
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Que la guerra por la estabilidad de pactos en España se esté librando en gran medida en Navarra resulta emocionante. No es la primera vez que el nacionalismo vasco acuña el concepto de “Nafarroa cuestión de estado”, con cierta bilis. Y es cierto que parte de la estrategia del constitucionalismo en el Norte se libra aquí, porque como ya he dicho en alguna otra carta, existen ‘in situ’ dos comunidades, y lo que se haga en la clave de la una influye a la otra. De otro modo: lo que se haga en clave vasquista influye en la españolista, y viceversa.

Hasta ahora he dedicado palabras a los socialistas y vasquistas/nacionalistas, y hoy pongo el acento sobre Navarra Suma, que creo, los medios nacionales no han entendido. Si bien la batuta de NA+ la tiene la UPN, hablamos de una coalición de centro-derecha que incluye a Ciudadanos (Cs) y PP, y esto no se puede pasar por alto: el navarrismo nunca ha tenido tan buenos resultados como ahora porque ha sumado con aquéllos, si bien hay que entender que ni Cs ni PP son, desde la óptica regional, navarristas; miran a Madrid, y sus líderes ya han decretado que sus partidos no investirán a Sánchez, con la excepción de UPN, quien ha manifestado su intención de abstenerse en base a lo que haga Chivite aquí. Los medios juegan con la economía verbal: dicen que Javier Esparza habla por NA+, pero NA+ es más que UPN: los dos diputados que envió Navarra al Congreso por dicha coalición son regionalistas (Sayas y García Adanero), pero de los tres al Senado solo uno lo es, siendo las otras dos de Cs (Ruth Goñi) y PP (Salanueva). Obviamente, Esparza solo habla en nombre de dos en el Congreso.

También para el caso de Pamplona he leído en algún que otro diario que es UPN quien “roza con los dedos la mayoría absoluta” del consistorio, cuando de los 13 concejales de la formación uno de ellos es del PP (Carmen Alba) y otro de Cs (Sesma Urzaiz). A ellos les debe la coalición parte de su subida, de diez a trece, además de al desmoronamiento de Podemos/Aranzadi, del que ya he hablado en otra ocasión.

Ahora solo queda observar si a Sánchez le sale más rentable atender a Esparza o a Aitor Esteban, quien lleva detrás cinco diputados nacionalistas al Congreso. Eso sí: es la primera vez desde las elecciones que se oye algo al primero, eclipsado por los potentes líderes mediáticos Casado y Rivera, que curiosamente, son aquí muy poca cosa.

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