Al diablo la fabla

Texto publicado en el Diario del Alto Aragón (12-X-2019)
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Foto: Heraldo de Aragón

La mediática fotografía de los servicios municipales oscenses, retirando las señales de “Uesca, ziutat bilingüe”, me sugiere una perfecta metáfora de lo que piensan quienes promovieron la retirada: la fabla, lengua originaria de Aragón, mejor en un camión de basuras. Ya no es solo el ‘chapurriáu’ de las comarcas orientales el único tumor que requiere de tratamiento: además hay que condenar la lengua de Fernando el Católico a la inquisición de los residuos.

El objetivo no es otro, dicen, que el de ser fiel a la realidad de la ciudad, donde un millar de ‘charrantes’ no tiene ya derechos, sino desechos lingüísticos. Todo a pesar de ser Huesca la capital que acogió en el 87 el I Congreso para la Normalización del Aragonés, fruto de la cual es la primera biblia ortográfica del idioma. Pero ni siquiera tal concilio puede acabar con el protestantismo de quienes perciben las lenguas de España como herejía, respetables en la intimidad, deleznables a la luz pública. Tocará profesar, solo en castellano, la buena fe.

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